Con junio llegó el pride y con el pride vino la celebración, pero también la memoria que no nos deja olvidar que todavía queda mucho por hacer y concientizar para que verdaderamente nos convirtamos en una sociedad incluyente y equitativa, y para que dejemos a un lado las prácticas que violentan a las personas de la comunidad LGBTQ+ y que repercuten en la relación con sus cuerpos, en su alimentación y en su salud.
Durante este mes, pero también el resto del año, no hay que perder de vista que las personas LGBTQ+ son discriminadas por su orientación sexual, por su identidad de género, pero también por su peso corporal. Recordemos que todos tenemos la responsabilidad de convertir cada espacio en un sitio donde nadie se quede fuera.
Una discriminación que repercute en la salud
En México siete de cada diez personas LGBTQ+ han sufrido algún tipo de discriminación, sobretodo en redes sociales, en la calle, en el transporte público y con los profesionales de atención en salud, de acuerdo con la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG) 2018. Uno de los principales motivos de discriminación reportados tiene que ver con las expresiones de género, entre ellas el aspecto físico.
Un informe elaborado por la organización británica Just Like Us y publicado por el diario The Independent concluyó que quienes pertenecen a la comunidad LGBTQ+ “tienen tres veces más probabilidades de haber tenido un trastorno de la conducta alimentaria o de seguir sufriendo uno” y “esto destaca cómo la falta de aceptación de la sociedad puede afectar su salud mental y bienestar”, dijo Dominic Arnall al periódico.
En una revisión de los trabajos que se han hecho sobre trastornos alimentarios en personas de la diversidad sexual, disponible en el sitio de la Journal of Eating Disorders, se encontró que adultos LGBTQ+ han experimentado el deseo de estar delgados para evitar otra forma de ser discriminados a través del control de sus cuerpos con el fin de encajar en estereotipos aceptados por la sociedad gordofóbica, que los orillan a atracones, purgas e insatisfacción corporal, correlacionados con “una preocupación excesiva por la forma y el tamaño del cuerpo y el nivel de feminidad (independientemente de su sexo al nacer)”.
También hallaron que las personas de ese grupo de edad tenían casi el doble de probabilidad que sus contemporáneos heterosexuales de desarrollar algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria
Acerca de jóvenes LGBTQ+ hay estudios que indican que pueden incurrir en purgas, ayunos, dietas restrictivas con la intención de perder peso y tomar pastillas para adelgazar “en tasas más altas en comparación con jóvenes heterosexuales”.
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Sobre los factores externos que alimentan estos trastornos alimentarios, un trabajo de la Doctora Allegra Raboff Gordon reveló que los ideales de apariencia de quienes pertenecen a la comunidad LGBTQ+ provienen de medios tradicionales de información, redes sociales, apps de citas y familia y medios específicos de la diversidad sexual —semejante a lo que sucede entre heterosexuales—. Sobre “los espacios comunitarios específicos para LGBT+, dice la investigación, se observó que estos “tenían el potencial de afirmar o restringir la apariencia personal”.
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La ENDOSIG 2018 señaló también que en los servicios de salud también es recurrente la discriminación por tener una orientación sexual y, sobre todo, una identidad de género no normativa: 8 de cada 10 personas LGBTQ+ entrevistadas para esa encuesta expresaron que al momento de asistir con el médico les hicieron sentir incómodos respecto a su preferencia sexualidad y tipo de cuerpo.
Esta discriminación se convierte en una barrera cuando la persona afectada por un trastorno alimentario busca o recibe tratamiento, por eso necesitamos comprender la experiencia de los trastornos alimentarios en ellas, ellos, elles y así garantizarles un servicio de salud digno, accesible y adecuado.
Si tú estás atravesando algún trastorno alimentario o conoces a alguien que enfrente una situación de ese tipo, recuerda que en Nutrición Claret son bienvenidas todas las personas y que podemos contribuir a mejorar la relación con tu cuerpo a través de la alimentación, nutrición compasiva, atención psicológica dentro de un acompañamiento amable y compasivo.
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